La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad inflamatoria crónica que pertenece al grupo de las espondiloartritis (EspA) y se caracteriza por la afectación de las articulaciones sacroilíacas y del esqueleto axial.
Se desconoce su etiología y se asocia al antígeno HLA-B27. La afectación de las articulaciones periféricas, de predominio en extremidades inferiores, puede constituir un componente de la enfermedad. Se acompaña de manifestaciones clínicas extraesqueléticas , como la uveítis anterior aguda, insuficiencia valvular aórtica, fibrosis pulmonar de lóbulos superiores y en algunos pacientes puede estar asociados a psoriasis o a enfermedad inflamatoria intestinal.
La EspAax incluye tanto pacientes con criterios de EspAax que presentan además sacroileitis radiográfica (EA definida según criterios de Nueva York modificados), como individuos con EspAax no radiográfica (EspAax-nr). Aunque sigue existiendo un intenso debate en si considerar que se trata de dos entidades diferentes o una sola entidad con diferentes fenotipos clínicos, en este documento, y siguiendo las recientes recomendaciones EULAR, se considerará una sola entidad.1
Las EspA en conjunto tienen un impacto sociosanitario importante. De manera general, las cifras de prevalencia de las EspA se sitúan entre el 0,1 y el 2,5% de la población y se estima una incidencia que va desde los 0,84 casos a los 77 casos por cada 100.000 habitantes/año.2
La incidencia anual estimada en España, según el estudio ESPIDEP, es de 62,5 casos por 100.000 habitantes3 y constituyen el 13% de los pacientes en los servicios de reumatología españoles. Un número considerable de pacientes con EspAax desarrollan una enfermedad discapacitante, con deterioro de su capacidad funcional y calidad de vida, incluso desde el inicio de la enfermedad, dando lugar a la pérdida de la capacidad productiva.4
Referencias